domingo, 26 de diciembre de 2010

La noche

Bueno, acá estoy de vuelta. Después de mucho tiempo sin dar señales de vida por el ciber-espacio literario. Este ha sido un año difícil, caracterizado por altibajos; por la dualidad seguridad-incertidumbre, independencia-dependencia, día-noche.
Cuando vivimos en un mundo seguro y tranquilo, en el que todos nos conocen y nosotros a todos conocemos, en el que sabemos más o menos qué esperar de los demás y en el que los demás saben más o menos qué esperar de nosotros, nos genera inquietud el traspaso al otro mundo.
Ese otro mundo de lo desconocido, de las nuevas experiencias. Ese otro mundo en el que no siempre están los nuestros para protegernos, y en el que la posibilidad de participar en experiencias nuevas (tanto gratas como dolorosas) siempre llama a nuestra puerta.
El hecho de haber terminado de leer recientemente After Dark, de Murakami, me recordó el significado que tiene para mí abrirme a cosas nuevas. Esta historia me recordó los dos mundos de Demian, porque en ambos libros, los personajes entran en contacto con gente que está fuera de sus círculos habituales y así se aventuran en lo desconocido. Este contacto con personas, ideas y sensaciones a las que no estamos habituados es lo que muchas veces nos hace crecer.
En la historia de Murakami, se relata en distintos planos cómo un conjunto de las más variadas personalidades viven una noche en el que sus caminos se entrecruzan y cambian para siempre.
Si estamos dispuestos a pasar una noche así, seremos entónces capaces de romper el cascarón y así integrar los múltiples mundos a los que pertenecemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario